-Escucha a los gorriones cantar, Epifanio, que hermoso.
-Apúrate Eulalia, que ya casi llegamos a San Ignacio, apúrate te dijo,mujer
-Ya voy, ya voy, no más no te me enmuines, Epi, que ya vengo cansada, es un milagro de la Virgencita que pueda caminar, después de tanto andar, hay que parar un ratito, te digo, no más para escuchar a los gorriones cantar, mira como cantan, Epi, ¿no me escuchas?
-Te escucho, mujer, pero ya apúrate, la mula ya no quiere andar y ya casi llegamos
-Ya voy, solo quiero escuchar a los gorriones, ah que bonito cantan.....
Hoy me dí a la tarea de investigar un poco y sumergirme en la vida de una gran persona y defensora de los derechos de los indígenas, Guatemalteca y Maya, y sobre todo ganadora de un Premio Nobel de la Paz (1992) y Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional (1998), Rigoberta Menchú Tum.
Rigoberta Menchú nació el 9 de Enero del 1959 en San Miguel Uspantán, Quiché. Es hija de Vicente Menchú Pérez y Juana Tum Kótoj, dos personajes respetables en la población donde creció y se formo, Menchú sufrió los embates de la vida al perder a sus familiares, todos por trágicos sucesos, en defensa de la tierra perdió a su primer hermano Patrocinio, quien fue secuestrado por el ejército el 9 de septiembre de 1979, y presuntamente asesinado, aunque hasta la fecha se desconoce el paradero de sus restos. Cuatro meses más tarde, el 31 de enero de 1980, sufrió la pérdida de su padre, quien murió calcinado, junto con otras 36 personas, en la masacre de la Embajada de España. La madre de Rigoberta fue secuestrada el 19 de abril de 1980. Su hermano Víctor Menchú Tum, fue asesinado por el ejército el 8 de marzo de 1983.
A los 19 años comenzó a militar en el Comité de Unidad Campesina (CUC), mientras el ejército nacional llevaba a cabo su campaña de "tierra arrasada" contra la población sospechosa de pertenecer a la oposición armada.
Debido a la situación que vivía Guatemala, Rigoberta se ve forzada a exiliarse del país a la edad de 21 años y refugiarse en México en 1981, donde siguió con la constantes denuncias hacia la situación de su país natal. En su instancia en Chiapas, México fue acogida por el obispo de Samuel Ruíz García, para después, al año siguiente regresar a Guatemala pero tuvo que refugiarse en Nicaragua, poco después, volvió a México.
En el lapso que regreso a Guatemala fue detenida y hecha presa, pero en esas circunstancias conoció a Nineth Montenegro, quien a través de la organización Grupo de Apoyo Mutuo -GAM- y la presión de miles de estudiantes universitarios le ayudó a que la liberaran.
Tuvo una participación activa en la ONU, asistiendo a las sesiones anuales de la Comisión de Derechos Humanos, a las sesiones de la Comisión de Prevención de las Discriminaciones y Protección de las Minorías y fue parte del grupo de trabajo sobre poblaciones indígenas.
En reconocimiento a su labor y al mensaje cívico y de justicia social que representa, fue distinguida en 1992 con el Premio Nobel de la Paz. Con los recursos financieros que recibió de este galardón estableció la Fundación Rigoberta Menchú Tum, con sede en Guatemala y oficinas en la ciudad de México y Nueva York.
Entre otros reconocimientos fue nombrada como Embajadora de Buena Voluntad de la ONU para el año Internacional de los Pueblos Indígenas en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de Viena, de Junio de 1993 al 1996 fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO.
Ha recibido decenas de reconocimientos nacionales e internacionales, entre los que destacan el premio de la UNESCO “Educación para la Paz “ en el año 1990, la condecoración "Legión de Honor en el máximo grado de Comandante", recibida de manos del presidente francés Jacques Chirac; 20 de junio de 1996 y el premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en el año 1998.
Se ha hecho acreedora de más de 30 Doctorados Honoris Causa, en distintas universidad del mundo, incluyendo la Universidad de San Carlos de Guatemala, en el año 1996.
Rigoberta ha publicación varios libros, tales como "Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia", libro testimonial publicado en 1983, que ha sido traducido a más de doce idiomas y ha merecido decenas de reconocimientos internacionales, el libro “ La nieta de los Mayas” publicado en el año 1998 y en los últimos años ha publicado los libros para niños: “Li Mi'n, una niña de Chimel” y “El Vaso de Miel”.
Entre sus participaciones en conferencias, destaco una que se llevara a cabo en Nuevo Ladero,Tamaulipas, en la agenda de talleres y conferencias del Programa Youth In Action (YIA) 2013 capítulo IV para noviembre.
Vídeo de una conferencia en la cual Rigoberta es la expositor
Las 6 am, el despertado suena, me incorporo rápido, me cambio, tomo mis converse viejos, una chamarra de mezclilla y salgo hacia el paradero, ahí como siempre Doña Cuquita vendiendo sus tamales y su champurrado, un sueter café, unos pants azul marinos y un gorro tejido blanco la cubren, llego, el frío del invierno me cala, traspasa mi chamarra Levi's.
-Doña Cuquita-digo llegando a su carro de tamales- ¿que tal el frío?, esta bueno ¿no?
-Si, joven-dice mientras despacha a una mujer con finta de ser maestra- ¿ya se va a la escuela?
-Si, usted cree, ya casi son vacaciones, ya me urge terminar-rio
Me despacha mi tamal de chile verde y un champurrado bien caliente, me voy al paradero, le doy un sorbo a mi champurrado y espero la "micro", otros llegan, unos estudiantes, un viejito con una bufanda, un liguero tosido sale de la boca del señor ya grande.
Por fin llega el autobús, todos se amontonan para conseguir los mejores lugares, mi turno, subo, soy el ultimo de todos, pago mi pasaje al chófer, un señor con finta de haberse despertado hace unos momentos, tomo asiento hasta el final de la micro, me pongo mis audífonos, rock urbano resuena en mis oídos, veo a través del cristal, mi respiración se manifiesta en el fría ventana; carros, señores con prisa, mujeres caminando por la calle jalando a sus niños de la mano, la ruta sigue su camino, anda entre las calles de la inmensa ciudad, veo los rostros de los pasajeros, miradas tristes, pensativas se posan sobre sus rostros, la ruta sigue su camino, sigue su camino entre las inmesas calles de la ciudad....
De esas noches en que escribir un Blog se hace difícil, ¿que tema tomar?, ¿de que hablar?, minutos pasan pensando que sería bueno para escribir esta noche de Lunes (casi Martes).
Renata entra a aquel cuarto, oscuro, frío, camina con sus zapatos color de rosa, un vestido de cuadros y su cabello castaño recogido por un moño rosa, su muñeca de trapo a un brazo, el cuarto vació, a cada paso el piso de madera cruje, sus ojos recorren las paredes, su mirada empieza desde aquel balcón con cortinas demacradas, vidrios llenos de polvo y telarañas hacía la puerta de madera en la pared derecha, sus pies la dirigen hacia a aquella puerta vieja y desgastada, el piso sigue crujiendo a cada paso, un viento frío recorre aquel cuerpo, sus mejillas se vuelven pálidas, frías, llega hasta el picaporte de la puerta, sus manos tocan aquel frió objeto de metal, trata de girarla, pero la muñeca cae al piso, deja de tomar el picaporte y se inclina para levantarla, al incorporarse, ya no se encontraba la puerta, asustada retrocede, el piso seguía crujiendo, se gira, el balcón ya no se encuentra, solo una pared igual a las demás, mira hacia la puerta por la que entro, tampoco se encontraba, asustada, mira por todas partes, todo era paredes negras y frías, sus ojos buscan una salida, trata de abrazar a la muñeca, pero su muñeca se fue, grita, ella no se escucha, grita mas fuerte, pero el mismo silencio sigue......
Cuando algo se tiene, al parecer cuando algo se tiene no se percibe, no se palpa, el verlo siempre ahí, hace que no sientas que lo necesitas, lo crucial empieza cuando ese algo se desaparece de vista o lo pierdes en definitivo, es claro lo que reza aquella frase "no se sabe lo que se tiene hasta que lo ves perdido", y es que la falta de percepción de aquello que es importante para nosotros mella en la visión completa que tenemos de nuestra vida, a veces, ser sensibles a lo que nos rodea es punto principal para no desajenarnos de aquellas cosas, y es curioso, pero son las pequeñas cosas las que se extrañan más, y me viene a mi memoria una canción que le dio vida Chavela Vargas, titulada las Simples Cosas, de César Isella, habla principalmente de aquellas simples cosas que dejamos partir o que simplemente queremos dejarlas partir, olvidarnos de ellas, una estrofa que siento sublime es aquella que dice algo así "que el amor es simple y a las cosas simples las devora el tiempo. ", lo que me da la razón, dicen que la costumbre es la madre de todos los vicios, la cotidianidad.
Una vez pasada ese límite de la costumbre, es poco lo que se puede hacer para salvar las simples cosas y requiere un esfuerzo para recuperar la sensibilidad y abrir los ojos a aquellos que nos rodea, una simple mañana puede ser algo que en caso de perderla nos crea esa sensación de olvido o de abandono, simplemente cuando esa mañana no es como todas las demás y se amanece postrado en la cama por algún inconveniente de salud la mañana se vuelve algo que se añora y se sufre por volverla a tener, como este ejemplo hay muchos, el primer beso de buenos días, el abrazo, la primera caricia, o tal vez suene cursi, pero que tal el sonido de los pájaros al despertar, son simples cosas que las devora el tiempo, el truco consistente en no dejar que el tiempo las devore como si fuera viento..... (B.Gtz)